lunes, 9 de septiembre de 2013

No sin ti.

Es verdad que todavía no me crea que lo tengo conmigo. Sigo poniéndome nerviosa como el primer día si me mira a los ojos, se me encoge el corazón cada vez que me da la mano, esos escalofríos cada vez que noto que me roza con las manos la cintura o simplemente cuando noto su respiración en mi cuello. Esas despedidas eternas en el portal en las que me encanta que se de la vuelta para darme un beso más. Que se me note en la cara cuando vengo de estar con él porque soy incapaz de quitar la sonrisa. 
Se suele decir que las mejores cosas vienen cuando menos las esperas y puedo decir con certeza que es verdad. Él es diferente, a su manera, pero lo es. Y no lo digo porque cada día que pasa me doy dando cuenta de que lo voy quiero un poquito más y que sin él algunas cosas no serían lo mismo. Lo digo porque somos polos opuestos pero sabemos complementarnos y eso hace que me sienta bien. 
Quiero que se convierta en mi rutina y no que la rutina haga de las suyas y termine esto. No tengo razones para pensarlo pero la rutina nunca se puso de mi parte. Te convertirías en esa persona que interrumpe las frases con un beso, en esa por la que no llegas a los sitios a tiempo porque te quedas con él hasta que se va sin importarte lo que tengan que esperar. Y dicen que cuando conoces a esa persona lo sabes y no sabes porque razón exactamente, pero dicen que lo sientes, y el tiempo no se detiene pero deja de tener prisa. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario